Hace 50 años que nuestro padre, Luis Cremades, abrió la primera heladería. Fue en en el popular barrio malagueño de la Cruz del Molinillo en el año 72; cercano al centro de la ciudad; donde nuestros padres se asentaron y afianzaron su negocio.
Gracias al apoyo y al aval económico de la familia Azcoitia, con la que papá había trabajado años atrás, fue posible abrir nuestra primera heladería.
Poco a poco, con gran esfuerzo y trabajo, consigue independizarse y asentar su negocio en la ciudad de Málaga.
Papá era el cabeza visible, pero contaba con el apoyo y ayuda de nuestra madre para sacar adelante la heladería.
Nuestra tradición heladera viene de lejos. Ya en los años 30 nuestra bisabuela Timotea abrió su primera heladería en Valencia, y nuestro padre comenzó a aprender este oficio en su pueblo natal, Tibi, (Alicante).
Fue con catorce años cuando Luis Cremades salió a “helar” por primera vez, con una familia de Jijona, Mercedes y Feliciano “El lluminer” y siguió aprendiendo en otros lugares como Campo de Criptana o Gijón. Este recorrido junto a diferentes y prestigiosas familias heladeras hizo que adquiriera todo su conocimiento en la elaboración tradicional del helado y que ha sabido transmitirnos a sus hijos, hoy al frente de Helados Cremades.
El sabor de lo artesanal
Son muchos los recuerdos que conservamos de aquella época. La elaboración de la leche merengada por ejemplo, así como de nuestros helados, era y sigue siendo totalmente artesanal. En concreto, la leche merengada se preparaba en una caldera, sobre un hornillo de gas y batiendo con una varilla. Recuerdo a la perfección cómo aquel olor, a canela, vainilla.., embriagaba todo el obrador.
Hoy en día la leche merengada sigue siendo uno de los reclamos de Helados Cremades. Probablemente se deba a que su elaboración ha seguido intacta, y es que continuamos haciéndola siguiendo la misma receta de nuestro padre, con la misma leche, misma cantidad de canela, misma cantidad de vainilla… Una receta a la que nuestro padre le tenía especial cariño y que él supo transmitirnos.
Ni tan siquiera hemos cambiado nuestro proveedor de leche, si no que conservamos el de toda la vida, que nos ha seguido proveyendo de leche fresca durante todos estos años. Como dato anecdótico, recuerdo que antiguamente el reparto se hacía en cántaros, mientras hoy en día la cosa ha ido evolucionando y ya nos la entregan envasada para su mejor conservación.
Mi padre adoraba la leche fresca. La bebía a todas horas, a morro, como si de un botijo se tratase, bebiendo directamente de la bolsa (siempre había una abierta para él en el obrador).
50 Aniversario Helados Cremades. “Todo cambia, menos nuestros helados”
Nos llena de orgullo cumplir 50 años sabiendo que nuestro padre creó Helados Cremades con muchísima ilusión, pensando que el negocio pudiera mantenerse por un largo tiempo.
Hoy ya somos la segunda generación de Cremades al frente de las heladerías y ya casi vamos por la tercera. Y todos continuamos manteniendo la base que nuestro padre creó y nos enseñó.
El sabor de nuestros helados se mantiene. El coco, la nata, la leche merengada…
“Porque con los años parece que todo cambia, menos nuestros helados.”
